Inkoherentes...

domingo, 8 de abril de 2001

No me queda mas que ser honesto

No me queda más que ser honesto.




Los campos eran bellos porque me mostraban la vastedad de tu amor y la libertad de tus brazos, cada atardecer junto a ti fue mágico, cada noche, cada mañana, el tiempo no tenía cronómetro junto a ti. El campo, siempre cálido ante mis ojos, le diste vida y la suavidad de tus besos y a veces no tan suaves, pero salvájemente eróticos.
Irme me partía el alma y que más daba que tuviéramos que escondernos, si sólo recordar la delicadeza de cada madrugada me hacía olvidar dónde estábamos. El campo es tan diferente, no se puede evitar mirar alrededor y no ver que traer a mi mujer de la mano provoca lo mismo que un temblor.
Quiero conquistar este lugar para nosotras, en este pueblo perdido somos invisibles; ¡Qué importa con quién deshago la cama! cómo puedo actuar sin que mi felicidad pueda ofender una mirada conservadora, cuando ella se duerme entre mis brazos y al despertar me dice te amo, solo eso basta para gritar al mundo entero que también la amo, no importa nada más.
^^ M ^^